Los videojuegos ayudan en el desarrollo cognitivo de los niños estimulando su pensamiento crítico, la resolución de los problemas y en el desarrollo de la atención y la la concentración del alumnado. Además, favorece algunas de las habilidades motoras tales como la coordinación ojo-mano, el desarrollo de las habilidades prácticas y las experiencias inmersivas y sensoriales. Por último ayudaría a mejorar las habilidades sociales y emocionales como el fomento de la colaboración, la exploración de emociones y valores, la empatía o la autoestima. Además, un buen uso puede ayudarnos como recurso que fomente la motivación y proponga retos desafiantes para nuestros alumnos.
La industria de los videojuegos tiene un gran éxito haciendo que los jugadores se enganchen a los diferentes juegos, la mayoría de ellos divididos en niveles o pantallas que resultan atractivos, de manera que la superación de un nivel lleva como consecuencia querer superar el siguiente. Estas estrategias utilizadas por los creadores de videojuegos podían ser utilizadas en nuestro favor para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula.
Comentarios
Publicar un comentario