Inevitablemente, a lo largo de los siglos han existido diferentes clases sociales por el reparto de los bienes de un territorio de tal manera que han existido siempre ricos y pobres, esclavos y libres.
En clase se nos planteó la pregunta de si podía ser que, a pesar de estar una sociedad postindustrial, donde parecen haberse superado estas divisiones, todavía pudiesen existir las clases sociales. Es muy difícil pensar en una sociedad sin división de clases pues, como se ha dicho en otra entrada, una vez que se ha superado la sociedad industrial y sus jerarquías nos hemos adentrado en una sociedad de la información donde la brecha digital es inevitable, luego siempre existirán esta desigualdad, aunque debemos luchar siempre porque estas se reduzcan a los mínimos posibles.
En esta línea, me gustaría hacer referencia a un concepto que me ha parecido interesante de esta asignaturas que es el "techo de cristal". Esto puede aplicarse a diferentes ámbitos pero según Heredia et al. (2002), "con esta metáfora se pretende representar, de una manera muy plástica y elocuente, las sutiles modalidades de actuación de algunos mecanismos discriminatorios. En tanto discriminatorios, estos mecanismos obstaculizan el desarrollo profesional de las mujeres, las limitan y les marcan un tope difícil de sobrepasar. Pero las barreras no siempre se explicitan ni son evidentes, razón por la cual su indagación y afrontamiento se convierte, a menudo, en un camino sinuoso, largo y no exento de tropiezos".
Así, debemos apostar por una sociedad donde no existan estos "techos de cristal", de manera que, pueda existir una dinámica de movimiento social libre que no se vea limitado por prejuicios y concepciones de la realidad poco flexibles.
HEREDIA, E. B., Ramos, A., Sarrió, M., & Candela, C. (2002). Más allá del «techo de cristal» Diversidad de género. Sostre de Vidre, 40, 55-68.
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